El Plan de flexibilización de
las carreras universitarias ya está
aprobado. El Consejo de Ministros dio el viernes luz verde a
una modificación cuya puesta en marcha y
efectos depende principalmente de la decisión que tomen ahora las distintas Comunidades Autónomas.
Cataluña anunció ayer que quiere aplicarlo a partir de 2016 y Andalucía que no
piensa hacerlo. Estas son las principales cuestiones relacionadas con el
cambio:
Modelo flexible
Las universidades españolas ofrecen hasta ahora un sistema de
estudios que incluyen, de forma general, carreras de cuatro años de duración
(grados) y másteres posteriores de un año. El nuevo modelo permite, de forma
voluntaria y sin un plazo determinado, que las universidades oferten grados de
tres años y másteres de dos.
No para todas las carreras
El 30% de los títulos actuales no podrán sufrir ningún cambio. El
decreto preserva la duración de las carreras para las llamadas profesiones
reguladas. Son las de Ciencias de la Salud, las ingenierías y la arquitectura.
En estos casos, la duración está fijada entre 240 créditos (enfermero o
ingeniero técnico aeronáutico, entre otras), 300 créditos (farmacéutico o ingeniero
agrónomo, por ejemplo) y 360 (médico).
El precio de estudiar
Según los cálculos del ministerio, “este cambio supondrá un ahorro de
hasta 150 millones de euros para las familias”. Esa estimación supondría que
todas las carreras actuales —menos las de profesiones reguladas— se redujeran
de cuatro a tres años, por lo que los alumnos se ahorrarían pagar un año para
obtener un título. Pero el decreto prevé que la formación de las carreras sea
“generalista” y que los másteres se orienten “a una mayor especialización”, por
lo que es previsible que muchos estudiantes quieran seguir en el sistema como
han alertado los colectivos de alumnos. En las universidades públicas, el
precio de un máster es sensiblemente superior, aunque hay mucha variación de
una a otra. El precio medio por crédito en un grado —cada curso tiene 60
créditos— es de 18,42 euros y en los másteres no habilitantes (los que no son
obligatorios para ejercer una profesión) es de 40,11 euros, según datos
oficiales del Ministerio de Educación. Los precios más altos de grado se dan en
Madrid y Cataluña (30,33 euros y 33,52 por crédito, respectivamente) igual que
en los másteres (65,4 en Cataluña y 65 en Madrid). En el campus presencial más
grande de España, la Universidad Complutense de Madrid, un año de grado cuesta
1.980 euros frente a los 3.900 de un máster medio, es decir, casi el doble.
Desde el ministerio señalan que solo el 20% de los alumnos hacen un máster en
la actualidad y añaden que los cambios pueden incluir también grados de tres
años de duración combinados con másteres de uno.
Sin una fecha clara de inicio
El decreto no incluye fecha, lo que supone que se podrá hacer
efectivo en las universidades a partir de su publicación en el BOE, prevista
para el próximo martes. En la práctica dependerá sobre todo de las comunidades
autónomas, a las que el ministerio ha pedido un calendario común por regiones.
La Generalitat de Cataluña espera aplicarlo a partir del curso 2016-2017. La
Junta de Andalucía ha anunciado que convocará de forma urgente al Consejo
Andaluz de Universidades (CAU) para proponer que no se aplique el cambio.
Al estilo de Europa
La mayoría de los países del entorno aplican sistemas mixtos como el
que acaba de aprobar el Gobierno. Está presente en 26 países —Irlanda, Holanda,
Austria o Reino Unido, entre otros—. Los grados de tres años son el sistema
elegido por nueve países (Francia o Finlandia) y el modelo español de cuatro
años, por nueve como Turquía, Ucrania o Grecia. Los datos corresponden a la web
del Espacio Europeo de Educación Superior. Wert aseguró que el modelo actual
“ha dificultado enormemente la internacionalización del sistema universitario
para atraer estudiantes extranjeros” y para que los españoles salgan fuera.
Públicas y privadas
Las universidades privadas no dependen de la financiación pública,
por lo que en principio podrían decidir por libre la duración de sus carreras.
Pero son las autonomías las que validan las titulaciones que les presentan los
distintos campus, por lo que es previsible que si llegan a un acuerdo en su
territorio no validen aquellos de distinta duración. La Generalitat valenciana
ha anunciado, por ejemplo, que ha logrado un acuerdo para que la adaptación sea
“igual” tanto para las instituciones públicas como para las privadas.
Una carrera, dos duraciones
Es uno de los aspectos sobre los que alertó el Consejo de Estado,
igual que los rectores y los alumnos. Consideran que Derecho, por ejemplo, dure
tres años en una universidad y cuatro en otra puede suponer un “caos” para la
ciudadanía y para los empleadores y que “romperá” el sistema universitario.
Entre los dos modelos
Los estudiantes que empiecen una carrera que ahora es de cuatro años
y pueda pasar a tres se regirán por las disposiciones de su título actual. El
decreto prevé al menos cuatro convocatorias de examen para ellos en los dos
cursos académicos siguientes a la extinción del título o a su transformación en
un grado.
Fuente: www.elpais.com
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